Guerreras y guerreros de la enfermería
Rafael Baldayac
La pandemia mundial causada por el contagio del COVID-19, ahora con la nueva y expansiva subvariante Centaurus, ha puesto en evidencia la importancia del trabajo de todos los profesionales sanitarios.
Un escuadrón donde sobresale la invaluable labor de enfermeras y enfermeros, que han sido los verdaderos guerreros durante esta terrible crisis de salubridad. Ellos han estado en primera linea de combate arriesgando su propia vida por preservar la salud de los demás.
La cruzada ha sido más intensa en la Republica Dominicana debido a la escasez de este personal, en el sector público y privado, insuficientes para atender a miles de estos pacientes, y donde muchas de estas profesionales se han infectado con el coronavirus.
Según el Sistema Nacional de Salud (SNS), en este campo de batalla, el país opera con un déficit de casi diez mil enfermeras y enfermeros (9,123).
Es un episodio dramático, lejos de alcanzar el escenario ideal de 2.3 enfermeras por cada 1000 habitantes como lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). Serian 24,950 enfermeras y enfermeros que se necesitarían para cubrir la demanda de acuerdo al SNS.
La Red Pública de Servicios de Salud (agosto 2020-marzo 2022), admitió que solo habían ingresado mil 714 enfermeras (480 licenciadas y mil 234 auxiliares) atribuyendo esta poca cantidad a las limitaciones presupuestarias del gobierno.
Hace poco el Ministerio de Salud Publica creo la Dirección de Desarrollo y Regulación de Enfermería, a cargo de la licenciada Yolanda Saturria, quien presentó las Líneas Estratégicas de Enfermería que abarca el período 2022-2026.
Esperamos que se cumpla, ya que según la funcionaria, constituye un gran paso de avance para el logro de los propósitos y metas globales, potencializando la calidad del desempeño de la enfermería en el país.
Además este plan busca mejorar y elevar los niveles de atención primaria en el país y alcanzar las metas enfermeras/habitantes establecidas por la Organización Panamericana y Mundial de la Salud OMS/OPS, equivalente a 12 enfermeras por cada 10 mil habitantes, según otra medición.
Todo este preámbulo para recordar que cada 14 de julio se celebra el “Día Internacional del Auxiliar de Enfermería”, una manera de resaltar la labor y compromiso de estos profesionales esenciales de la salud.
Es una fecha adicional al tradicional 12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería, que conmemora el nacimiento de Florence Nightingale, autora de la enfermería moderna.
La creación de esta nueva efeméride pretende, sobre todo, reivindicar los derechos laborales y necesidades de estos guerreros de la salud, reconocidos por su trabajo social e institucional.
Una reivindicación que cobra especial importancia durante la actual crisis sanitaria, debido al riesgo que implica estar en primera línea de atención en el cuidado de pacientes hospitalizados o en domicilios.
Los enfermeros y enfermeras auxiliares dedican sus conocimientos para apoyar a los pacientes afectados por distintas enfermedades, lesiones o por su avanzada edad.
Atiende a pacientes que están postrados con su aseo personal, administran medicamentos bajo supervisión de una licenciada y asisten en la maternidad y procesos quirúrgicos.
Es decir que el éxito de la recuperación de un paciente, muchas veces lo atribuyen únicamente a la institución o al médico, pero nunca se dice nada de los cuidados del auxiliar de enfermería.
Las Sagradas Escrituras dedican innumerables pasajes al cuidado de los pacientes. “Yo te voy a curar… (2Reyes 20:5); “El Señor lo sostendrá en su lecho de dolor y le devolverá la salud” (Salmo 41:3).
Allí, encontramos múltiples episodios referentes a la labor de enfermería, cuidando y sanando enfermos, uno de los caminos que Jesús marca como vía directa de santidad.
Las virtudes que trae consigo la enfermería se muestran en el Buen Samaritano (Lucas 10:29-37), que ilustra la piedad y la misericordia con el prójimo: “vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino, y lo llevó a una posada y cuidó de él.” Articulo R.Baldayac para jueves 14 de Julio 2022
Guerreras y guerreros de la enfermería
La pandemia mundial causada por el contagio del COVID-19, ahora con la nueva y expansiva subvariante Centaurus, ha puesto en evidencia la importancia del trabajo de todos los profesionales sanitarios.
Un escuadrón donde sobresale la invaluable labor de enfermeras y enfermeros, que han sido los verdaderos guerreros durante esta terrible crisis de salubridad. Ellos han estado en primera linea de combate arriesgando su propia vida por preservar la salud de los demás.
La cruzada ha sido más intensa en la Republica Dominicana debido a la escasez de este personal, en el sector público y privado, insuficientes para atender a miles de estos pacientes, y donde muchas de estas profesionales se han infectado con el coronavirus.
Según el Sistema Nacional de Salud (SNS), en este campo de batalla, el país opera con un déficit de casi diez mil enfermeras y enfermeros (9,123).
Es un episodio dramático, lejos de alcanzar el escenario ideal de 2.3 enfermeras por cada 1000 habitantes como lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). Serian 24,950 enfermeras y enfermeros que se necesitarían para cubrir la demanda de acuerdo al SNS.
La Red Pública de Servicios de Salud (agosto 2020-marzo 2022), admitió que solo habían ingresado mil 714 enfermeras (480 licenciadas y mil 234 auxiliares) atribuyendo esta poca cantidad a las limitaciones presupuestarias del gobierno.
Hace poco el Ministerio de Salud Publica creo la Dirección de Desarrollo y Regulación de Enfermería, a cargo de la licenciada Yolanda Saturria, quien presentó las Líneas Estratégicas de Enfermería que abarca el período 2022-2026.
Esperamos que se cumpla, ya que según la funcionaria, constituye un gran paso de avance para el logro de los propósitos y metas globales, potencializando la calidad del desempeño de la enfermería en el país.
Además este plan busca mejorar y elevar los niveles de atención primaria en el país y alcanzar las metas enfermeras/habitantes establecidas por la Organización Panamericana y Mundial de la Salud OMS/OPS, equivalente a 12 enfermeras por cada 10 mil habitantes, según otra medición.
Todo este preámbulo para recordar que cada 14 de julio se celebra el “Día Internacional del Auxiliar de Enfermería”, una manera de resaltar la labor y compromiso de estos profesionales esenciales de la salud.
Es una fecha adicional al tradicional 12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería, que conmemora el nacimiento de Florence Nightingale, autora de la enfermería moderna.
La creación de esta nueva efeméride pretende, sobre todo, reivindicar los derechos laborales y necesidades de estos guerreros de la salud, reconocidos por su trabajo social e institucional.
Una reivindicación que cobra especial importancia durante la actual crisis sanitaria, debido al riesgo que implica estar en primera línea de atención en el cuidado de pacientes hospitalizados o en domicilios.
Los enfermeros y enfermeras auxiliares dedican sus conocimientos para apoyar a los pacientes afectados por distintas enfermedades, lesiones o por su avanzada edad.
Atiende a pacientes que están postrados con su aseo personal, administran medicamentos bajo supervisión de una licenciada y asisten en la maternidad y procesos quirúrgicos.
Es decir que el éxito de la recuperación de un paciente, muchas veces lo atribuyen únicamente a la institución o al médico, pero nunca se dice nada de los cuidados del auxiliar de enfermería.
Las Sagradas Escrituras dedican innumerables pasajes al cuidado de los pacientes. “Yo te voy a curar… (2Reyes 20:5); “El Señor lo sostendrá en su lecho de dolor y le devolverá la salud” (Salmo 41:3).
Allí, encontramos múltiples episodios referentes a la labor de enfermería, cuidando y sanando enfermos, uno de los caminos que Jesús marca como vía directa de santidad.
Las virtudes que trae consigo la enfermería se muestran en el Buen Samaritano (Lucas 10:29-37), que ilustra la piedad y la misericordia con el prójimo: “vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino, y lo llevó a una posada y cuidó de él.”
El mismo Jesús recorría Galilea, curando todas las enfermedades y dolencias de la gente (Mateo 4:23). Y mandaba: “Sanad enfermos, limpiad leprosos…”(Mateo 10:8); “Curen a sus enfermos y díganles: El Reino de Dios ya está cerca”(Lucas 10:9)./
El mismo Jesús recorría Galilea, curando todas las enfermedades y dolencias de la gente (Mateo 4:23). Y mandaba: “Sanad enfermos, limpiad leprosos…”(Mateo 10:8); “Curen a sus enfermos y díganles: El Reino de Dios ya está cerca”(Lucas 10:9)./